Grito de Baire
24 de febrero de 1895
24 de febrero de 1895
El 29 de enero es firmada la Orden del Levantamiento por José Martí como Delegado del Partido Revolucionario Cubano; Mayía Rodríguez, en representación del Generalísimo Máximo Gómez, y Enrique Collazo, Comisionado de la Junta Revolucionaria de La Habana. Pero, ¿cómo se enviaría la orden a Cuba para que no la descubrieran los españoles ni aquellos norteamericanos enemigos de Cuba? La feliz iniciativa de que viniera desde Cayo Hueso envuelta en un tabaco, dirigida al representante legal y único de la Junta Revolucionaria, Juan Gualberto Gómez, resultaba certera. Entregada por Martí a Gonzalo de Quesada en Nueva York, este viene con ella al Cayo y la hace llegar a Miguel Angel Duque de Estrada, que rebasa satisfactoriamente el viaje con la trascendental misión, saliendo en el barco "Mascotte" en la noche luminosa del 21 de febrero. En pocas horas, al amanecer del 23, está en La Habana. Pronto el valioso tabaco llega a poder de Juan Gualberto. Este sabe, está consciente, que la atención de Cuba irredenta se concentra en el diminuto papel impregnado de la aromosa hoja y de las ansias libertadoras de un pueblo que no quería continuar soportando la pesada carga y el doloroso vía crucis absolutista con su vejaminosa intransigencia; ni arriesgarse a un autonomismo sumido a la España colonial, y a las falsas reformas políticas anunciadas. Juan Gualberto no demora su rol en la conspiración. Corre a la residencia de López Coloma, en el número 74 y medio de la calle Trocadero. Los miembros de la Junta Revolucionaria, convocados con el apremio que la situación requería, toman el acuerdo de que sea el 24 la del inicio de la gesta heroica, fecha en que, por celebrarse los festejos del Carnaval, despistaría a las autoridades españolas.
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