Datos de la cultura y de la música cubana en los artículos del folleto “Folklorismo” por Eduardo Sánchez de Fuentes editado en 1928 por Imprenta “Molina y Compañía”, Ricla, Num 55-57 en La Habana, Cuba y presentado en “Cosas de mi tierra” en Guije.com, “En el homenaje a Rafaela Serrano”, “Dulce María Serret” y “Desarrollo de nuestra música vernácula”. “En el homenaje a Rafaela Serrano” - “Animado tan solo por la admiración y el cariño que profeso desde hace mucho tiempo a la ilustre educadora y laboriosa artista Rafaela Serrano, que con las claras luces de su ingenio ha encaminado entre nosotros por la senda de los serios conocimientos de la música a más de una generación, llego hasta aquí, deslumbrado por la brillantez de este magnifico auditorio y por la gracia y el entusiasmo de nuestras incomparables mujeres, no para haceros la biografía de la festejada, ni para abrumaros con un trabajo detallado -in extenso- en el que pudiera trazar, paso a paso, la fecunda labor de esta meritísima hija de Andalucía; sino para esbozaros su interesante personalidad como artista y como mujer de positivos méritos y de altas virtudes que desde hace cuarenta y dos años convive con nosotros y que ha contribuido con su noble espíritu y con las dotes de su inteligencia a todos nuestros progresos en el orden musical.”...
“Dulce María Serret” - “Una de nuestras más grandes pianistas de la hora presente es esta talentosa hija de Santiago de Cuba, que en las más importantes capitales de Europa, como Madrid y París, ha sabido colocar muy alta nuestra bandera con su arte excelso, abriéndose paso en los más exigentes círculos musicales. Dulce María estudió en esta ciudad con el maestro Hubert de Blanck, y cuando ya tuvieron fuerza sus alas, se trasladó a la Villa y Corte, y bien pronto su nombre alcanzó estimación y respeto bajo la égida del reputado maestro Tragó.” “Animado tan solo por la admiración y el cariño que profeso desde hace mucho tiempo a la ilustre educadora y laboriosa artista Rafaela Serrano.Desde muy joven abrazó Rafaela el arte de Beethoven, obteniendo en 1879, en el Conservatorio Nacional de Madrid, el primer premio de piano, como discípula del maestro Dámaso Zabalza.” “¿Podríamos escuchar un fandango español (malagueña, rondeña, granadinas o murcianas), la jota, el zortzico, sin sus característicos acentos, impuestos por las castañuelas, a veces el triángulo y otras unos platillos pequeños, la pandereta y el tamboril, respectivamente? Nuestra música, por ejemplo, que a más de presentar la tendencia a la semicadencia, es esencialmente rítmica y de una morfología determinada, presenta múltiples facetas que nadie osará confundir con las peculiaridades de los otros cancioneros, y es inútil pretender, aunque sea erróneamente, modificar los atributos de su personalidad, ya sea en lo relativo a su forma o a su fondo.”...
“Desarrollo de nuestra música vernácula” - “Nuestro folklore musical, con sus tres raíces originarias (aborigen, española y africana), fue determinando sus características, fijando su personalidad inconfundible, en el tiempo que precedió al establecimiento de nuestra República y aun después de constituida esta, llegando a presentar en la actualidad una riqueza rítmica incomparable que le hace ocupar puesto de honor en el escalafón de los diversos cancioneros de la América. Conocidos ya y analizados nuestros cantos populares, su clasificación ha completado la obra de su afianzamiento, y vemos en la actualidad cómo se cultivan independientemente cada una de sus diversas fases, y cómo, dentro de estas mismas, aparecen otras que no son sino el producto de combinaciones llevadas a cabo dentro de los ritmos ya establecidos. Nuestra música autóctona une a la originalidad de sus ritmos, no sólo su variedad, sino cierta morfología que le imprime un sello, un marchamo único. Nuestra cadencia, consubstancial de la guajira y del punto; el movimiento de las voces secundarias de nuestras canciones, que se aparta de la forma rutinaria que generalmente aparece en otros cancioneros (empleo continuado de la tercera), y ciertos diseños armónicos, frecuentemente utilizados por nuestros compositores populares, son rasgos característicos que denuncian nuestra producción musical, tan rica en acentos, tan melancólica y apasionada y de una estructura sui génesis que la hace atractiva, fascinadora.”...