Thursday, February 18, 2010

ARTISTAS CUBANAS

Artistas Cubanas
Celia Cruz

“Celia Cruz es, indudablemente, nuestra más destacada cantante folklórica. Su voz maravillosa se escucha en nuestros programas es­telares de radio y televisión, y sus grabaciones le han proporcionado, popularidad y admiración en todo el Continente. La gran intérprete del "afro" no podía faltar en este espacio de honor de "Tele-Radio sandia". Y aquí está, sonriéndoles.” Celia Cruz en la Televisión en Cuba y Celia Cruz en el Cine en Cuba.

Carmen Montejo

“Carmen Montejo, comenzó su carrera artística como Muñeca Sánchez. Ha triunfado dentro y fuera de su patria. En México se le considera un valor en la cinematografía. En Cuba ha hecho Televisión en el Canal 2. Soltera. Trigueña y bella.” Carmen Montejo en la Televisión en Cuba, Carmen Montejo en el Cine en Cuba y Entrevista de Don Galaor a Carmen Montejo.


Blanquita Amaro

Blanquita Amaro en los Artistas Cubanos y el Cine en Cuba.

Olga Guillot

“Olga Guillot. Codazo de Oro. Nació el 9 de Octubre en Santiago de Cuba, Oriente. Comenzó su carrera artística en La Habana a los 9 años de edad. Más tarde fue ganadora en "LA CORTE SUPREMA DEL ARTE" en CMQ. Ha actuado en los principales teatros, cabaret y emisoras del país. Es una de las cancioneras más cotizadas en el extranjero. Ha visitado muchos países, preferentemente Argentina y España. Actualmente trabaja en Tele­visión Nacional del Canal Cuatro. Color del pelo: Negro. Color de los ojos: Negros. Pesa 140. Mide 5.8". Su hobby es Cantar siempre cantar. Deporte favorito: La Natación. Su piedra: Opalo. Su signo Zodiacal: Libra. Le gusta la música Selecta.” Olga Guillot en la Televisión en Cuba.

Ana Margarita Martínez Casado

“Ana Margarita Martínez Casado. Codazo de Oro. Nació el 4 de Mayo de 1930 en Camagüey. Casada. Posee el título de Bachiller en Letras. Comenzó su carrera artística en CMQ en el programa "ESSO" en 1952. Ha actuado en CMQ, Canal 2 y Canal 4. Actualmente trabaja en "Televisón Nacional". Color del pelo: Castaño. Color de los ojos: Pardos. Pesa: 112. Mides 5.3". Deporte favorito. Natación. Le gusta toda la música.” Ana Margarita Martínez Casado en la Televisión en Cuba.

María Antonieta Pons

María Antonieta Pons en el Cine en Cuba y María Antonieta Pons - Sol de Cuba.


Olga Chorens

“Olga Chorens. Comenzó su carrera artística en LA CORTE SUPREMA DEL ARTE en CMQ. Ha actuado en todos los teatros de Cuba, en las prin­cipales emisoras y canales de televisión, junto a su esposo Tony Alvarez. Olga y Tony, son de los artistas cubanos que más han actuado en el extran­jero. Actualmente trabaja en RADIO PROGRESO y CMQ Radio y Televi­sión. Color del pelo: Castaño Claro. Color de los ojos: Verde-Claro. Pesa 105. Mide 5.5". Su hobby es estar en la casa. (Pero eso puede lograrlo pocas ve­ces). Su signo Zodiacal: Acuario.” Olga Chorens en la Televisión en Cuba


Mimí Cal

“Mimí Cal, la sin igual NANANINA, actriz cómica de altos kilates. Cono­cida de todos los públicos. Actúa con particularidad en el programa con POTOTO Y FILOMENO (Aníbal y Leopoldo) y cada una de sus presentaciones le cosecha mayores aplausos. Simpática, gentil y cariñosa con sus compañeros. Artista de verdad, pertenece al elenco de CMQ-TV.” Mimí Cal en la Televisión en Cuba.




Rita Montaner



“Rita Montaner. Poco se puede decir de quien es tanto en nuestro am­biente. RITA DE CUBA lo es todo. En la actualidad ha firmado contrato con CMQ y podemos admirarla por sus frecuencias. Codazos de simpatías.” Rita Montaner en la Televisión en Cuba.

BREVE HISTORIA SOBRE ISLA DE PINOS

Breve Historia de Isla de Pinos

Isla de Pinos fue descubierta por Cristóbal Colón en su segundo viaje en el año 1494 y bautizada con el nombre de Evangelista. Permaneció olvidada de España y de los gobernadores en Cuba. El corsario Drake la reconoció en 1596, es decir, un siglo más tarde, en la época de sus rapacidades y así todos cuantos se lanzaban a sus aventuras por las Antillas. En 1627 fue mercedada al capitán Hernando de Pedroso, pasando de tiempo en tiempo a manos de sucesores, quienes en permutas y transacciones fueron obteniendo sus pequeños beneficios de tierras, que muchos de ellos no conocieron y que ninguno cuidó nunca personalmente. Y así, sin que esa isla mereciera atención oficial ni cuidado su población, llegamos al año de 1773, en que el capitán general Felipe Fonsdeviela dispuso que la Isla de Pinos contribuyese anualmente al abasto de La Habana con algún ganado. Anteriormente, en 1765, el Conde de Ricla se propuso colonizarla, pero a su partida para España su proyecto pasó al desván. Hubo sí el empeño de su propietario y “gobernador” Domingo Duarte en hacerlo y no fueron pocos sus esfuerzos, pero nadie se interesaba por su proyecto.
La isla continuó con sus escasos habitantes. En 1787 el capitán de fragata Julián Terry y Lacy presentó al Conde de Santa Clara, capitán general de la isla, una voluminosa memoria de sus estudios y trabajos, como le fuera encomendado a fin de organizar la colonización. Para estas fechas contaba la isla con 300 habitantes y no obstante el relato minucioso del dicho capitán nada se realizó. Otra vez se olvidaron los buenos propósitos, hasta que en 1822 un aventurero llamado Pepe el Mallorquín, acompañado de un grupo de bandoleros, se hizo el “amo” de la isla. Fueron los ingleses de dos goletas quienes se atrevieron a enfrentarse con los aventureros de Pepe el Mallorquín, siendo destrozados por éstos en su primera tentativa, que reanudaron después de obtener permiso de las autoridades españolas de La Habana para una nueva tentativa, que emprendieron y en la que emplearon hasta un año en acabar con el famoso aventurero. A consecuencia de este incidente, el gobierno inglés notificó al de la España decadente que guarneciera la isla o la abandonara, en cuyo caso Gran Bretaña la ocuparía. De esto provino la orden de Madrid al capitán general Francisco Dionisio Vives para el reconocimiento definitivo de la isla y sus posibilidades estratégicas militares. El comisionado del capitán general se dirigió a una pequeña población fundada por Andrés Acosta, a unos nueve kilómetros del embarcadero, y de aquí a la Sierra de Caballos, en donde residía Clemente Delgado, consiguiendo de este señor que le cediese al Estado una legua de terreno para fundar una población. La repartió gratuitamente distribuida en solares con la obligación de que edificaran viviendas en el plazo de un año. Levantó los planos y así quedó fundada Nueva Gerona.


En venta la hacienda la Merced, limítrofe a la legua que había obtenido el gobierno, fue adquirida por la Hacienda Real y en 1830 se levantó acta de colonización, denominándola Colonia de la Reina Amalia, en obsequio a la tercera esposa de Fernando VII. Al poblado se le dio el nombre de Nueva Gerona, en recuerdo de la defensa que de aquella ciudad catalana había hecho el capitán general Vives en la guerra de Independencia Española.


Este poblado absorbió al de Santa Fe. La población se halla a unos tres kilómetros de la desembocadura del río Casas, entre las montañas de este nombre y de la Sierra de Caballos. El primer personal que fue a la Isla de Pinos fueron: una compañía de guarnición y un crecido número de presidiarios, levantándose a poco un cuartel para unos y una cárcel para los últimos. No obstante esto, la bondad de las aguas y lo saludable del clima atrajeron a las familias más pudientes de La Habana, dando pie a que se crearon hoteles y viviendas para temporadistas y con ello un aumento de la población civil.
En 1847 se edificó una iglesia, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, dos escuelas de primeras letras y otros edificios para servicios públicos. En 1864 la población contaba ya con 2,067 personas. Su término municipal fue creado en 1874, segregado de Bejucal, a cuya jurisdicción pertenecía. En noviembre de 1908 se hizo por acuerdo del ayuntamiento la división territorial.


Fotos de Bibijagua
Fotos de El Abra
Fotos del 2008 de Nueva Gerona
Fotos del 2008 de Santa Fe


Isla de Pinos
Guía Provincial de La Habana
Apuntes Históricos del Término Municipal de Isla de Pinos

“La Isla de Pinos se encuentra al Sur de la parte occidental de la Isla de Cuba, y forma parte del Archipiélago de los Canarreos, siendo la mayor y más importante de las islas que rodean a la de Cuba. Está situada al Sur-franco de la ciudad de La Habana, en su mismo meridiano; frente y directamente al Sur también de Batabanó en la costa meridional de la Provincia de La Habana, de la cual forma parte como uno de sus 26 Términos Municipales. Dista del Surgidero de Batabanó, puerto de enlace de la comunicación terrestre y marítima de la ciudad de La Habana con dicha Isla, unos 94 kilómetros.
“Descubierta por Colón en su segundo viaje, el día 15 de junio del año 1494, la Isla de Pinos no fue tenida en cuenta por más de un siglo por los gobernantes españoles de Cuba. En sus cálculos especulativos, ni en los relativos a la protección y defensa de la propia Isla de Cuba, entró por mucho tiempo el territorio de aquella isla estratégica situada en la boca del Golfo de Matamanó.
“En el año 1627 fue mercedada al Capitán Don Hernando de Pedroso. Muerto este en 1632, pasó por vía de sucesión a sus causa habientes, hasta quedar consolidada la propiedad total de la isla, en los comienzos del siglo XVIII, en manos de Don Manuel Duarte y Acosta, quien había casado con Doña Inés, nieta del Capitán Don Hernando de Pedroso. Don Nicolás Duarte y Acosta, uno de los hijos de Don Manuel, era Administrador Encargado de la Isla en el año 1740. Ya en 1728, todo el territorio había sido repartido en 7 Hatos y 25 Haciendas a los sucesores de Don Manuel Duarte y Acosta.
“Don Francisco Javier Duarte, uno de los siete hijos de Don Nicolás Duarte, fue nombrado en 1763 por Don Ambrosio Funes de Villalpando, Conde de Ricla y a la sazón Capitán General de Cuba, Gobernador de la Isla de Pinos, quien por sus muchas ocupaciones renunció el elevado cargo, siendo designado al efecto su hijo Don Domingo. Tanto Don Francisco Javier como Don Domingo, apoyados por el Conde de Ricla, trataron de colonizar la Isla, propósito frustrado por el regreso del Conde a España en el año 1765.
“La Isla de Pinos poseía en aquellos tiempos bastante ganado vacuno. Tal lo revela, el hecho de haber dispuesto el Capitán General Don Felipe de Fonsdeviela en el año 1773, que dicha Isla contribuyera con algún ganado para el abasto de La Habana.
“Don Francisco Javier Duarte no desmayó en su propósito de poblar la Isla. El 15 de Julio de 1773 se dirigió al Rey de España, invocando su condición de haber sido el Primer Gobernador de la Isla, al objeto de que se le diera autorización para fundar una población con su iglesia correspondiente. El Capitán General de Cuba no dio curso a la referida solicitud. Temía, que al ser poblada la Isla, fuese motivo de ataques por los corsarios y piratas que infestaban estos mares. Tampoco el Obispo de La Habana accedió a la construcción del templo, por haberse opuesto el párroco de Quivicán, a cuya parroquia correspondía la feligresía de Isla de Pinos. Don Domingo Duarte, defraudado también en sus propósitos de fundar una población, renunció en el año 1785, siendo nombrado para sucederle otro miembro de la familia: Don Andrés Acosta y Duarte.
“El 10 de Diciembre de 1787, el Capitán de Fragata Don Julián Terry y Lacy, autorizado para reconocer y estudiar geográficamente la Isla, presentó un documentado y voluminoso informe al Capitán General Bassocourt. Comprobó entre otras cosas el Capitán Terry, que la población existente era de 300 habitantes, y, que los pinos de la Isla podían utilizarse para brea o alquitrán, aprovechándose este último dato para la construcción de algunos barcos.
“En aquellos remotos tiempos, los habitantes de Isla de Pinos se ocupaban de la salazón de ganado vacuno, y realizaban su comercio con Batabanó.

“Un hecho singular dio motivo a que al fin el Gobierno de España se decidiera a poblar la Isla y guarnecerla. En 1822 Pepe el Mallorquín, un valeroso y atrevido aventurero, acompañado de algunos individuos de su misma calaña, en su goleta llamada "La Barca", desembarcó y se hizo dueño de la Isla. Su fondeadero fue el río Mal País, afluente del Santa Fe, de donde salía constantemente a cometer todo género de depredaciones en su recorrido por el Mar del Sur.
“Perseguido en una de sus salidas por dos goletas inglesas, fue obligado a refugiarse en su fondeadero. Al no poder atravesar la barra, los ingleses destacaron dos botes armados bajo las órdenes de un oficial, y fue destrozada en su guarida la mayor parte de la banda. El resto, con Pepe el Mallorquín a la cabeza, se internó tierra adentro. Los ingleses, autorizados por el Capitán General de Cuba, desembarcaron 100 hombres en la isla, y después de una lucha tenaz y sangrienta, lograron al cabo de un año, llevarse la cabeza de Pepe el Mallorquín, quien murió al reventársele el trabuco en el último encuentro.
“Inglaterra aprovechó estos acontecimientos, para advertir a España su deber de fortificar la Isla, con la alternativa de abandonarla para que la Gran Bretaña la pusiera bajo su soberanía y la fortificara. Apremiado así, el Gobierno Español ordenó en 1826 al Capitán General Vives, tomar las providencias para fortificar y guarnecer Isla de Pinos. Al efecto, comisionó al Teniente Coronel de Artillería Don Clemente Delgado para que estudiara la Isla militar y geográficamente; la naturaleza de sus tierras, producción, etc. Una vez presentado su documentado y bien detallado informe, fue destacado en la Isla en calidad de Comandante Militar, arribando nuevamente a ella con un destacamento de 14 hombres de tropa, doce presidiarios, y un Teniente cíe Caballería como Ayundante, con instrucciones de situarse en el punto de más fácil comunicación con Batabanó.
“Don Clemente se dirigió inmediatamente a un poblado fundado por Don Andrés Acosta, cerca del Hato de Santa Fe, a 2 y media leguas del embarcadero, siguiendo a la Sierra de Casas donde residía Don Andrés, con quien obtuvo, después de varias entrevistas, que le donara al Estado una legua cuadrada de terreno para fundar una población, con la condición de que los donatarios de los solares que habrían de repartirse, fabricaran sus viviendas dentro del término de un año. Levantados los planos por el propio Don Clemente, comenzó a fundarse lo que es hoy Nueva Gerona, nombre éste dado a la naciente población en recuerdo de la plaza de Cataluña en cuya heroica defensa tomó parte el General Vives en la Guerra de Independencia.
“La Real Hacienda compró a Don Juan Nepomuceno Duarte la Hacienda "La Merced" de 5 leguas cuadradas de superficie, limítrofe con los terrenos cedidos por Don Andrés Acosta, y comenzó el amplio desarrollo de la Colonia, la cual fue denominada al levantarse el Acta de Colonización, el 17 de Diciembre de 1830, "Colonia de la Reina Amelia", en honor a la tercera esposa de Fernando VII.
“Una compañía de guarnición fija, y algunos presidiarios fue el primer núcleo de población. En el año 1847 se erigió una ermita bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores; se crearon dos escuelas de primeras letras, y se construyeron una galera para presidiarios, un cuartel para las fuerzas de la guarnición, un Hospital Civil y Militar, y se estableció una Administración de Rentas subalterna.
“Las aguas termales de Santa Fe, y lo ventajoso del clima para cierto genero de enfermedades, atrajeron a la Isla numerosas familias pudientes de La Habana, acrecentándose la población con la residencia fija de muchas de estas familias, y el establecimiento de hoteles para residencia de los temporadistas.
“En el año 1864, según el Censo de aquella época, tenía la Isla una población de 2,067 habitantes, siendo creado el Ayuntamiento el 14 de Agosto de 1874, segregándose los terrenos del nuevo Término Municipal que abarca toda la Isla y los cayos adyacentes, del Término de Bejucal. El Ayuntamiento fue constituido, el día 19 de Agosto del mismo año.
“Por resolución del Ayuntamiento del 2 de Noviembre de 1908, quedó el Término de Isla de Pinos dividido en los siguientes barrios: Nueva Gerona, Sierra de Casas, Sierra de Caballos, Cuchilla Alta, Punta del Este y Santa Fe. La Cabecera es el pueblo de Nueva Gerona, situada a 3/4 de legua de la desembocadura del río Casas, entre las montañas Caballos y Casas. También es Cabecera Judicial.
“La gran Ciénaga de Siguanea divide esta isla en dos porciones de disímiles peculiaridades, unidas por el Istmo de Cayo Piedra de una garganta de aproximadamente 1 kilómetro de ancho. La porción septentrional ofrece alternativamente extensas llanuras y elevaciones de relativa importancia culminando entre ellas la Sierra de la Cañada, y completando su sistema orográfico, la Sierra Daguilla, de forma cónica y de cuya cima se abarca todo el panorama de la Isla; Sierras de Casas y Caballos, con sus montañas de mármoles exquisitos entre las cuales está enclavada Nueva Gerona, y la Sierra de los Cristales, en cuyas faldas se encuentra cristal de roca. Está esta porción norte fertilizada por los ríos, Las Nuevas, que nace en los cerros de Natividad, el de mayor caudal, navegable por barcos de poco calado; Sierra de Casas, con 117 metros de ancho en la boca, y 33 frente a Nueva Gerona; Santa Fe, que nace en la Sabana Daguilla, con sus afluentes los arroyos Piedras Azules y Frijoles; Los Indios, y una infinidad de riachuelos y pequeños arroyos. Los terrenos son de muy buena calidad, enriqueciéndose constantemente su capa vegetal con el rico lino que deposita el arrastre de las aguas.
“La porción de la Isla situada al Sur de la Ciénaga de Siguanea es una vasta llanura interrumpida a trechos por elevaciones de poca consideración de las cuales nacen numerosas corrientes. Existen en ella espesos bosques de madera de construcción: pinos, cedros, júcaros, ácaras, sabinas, etc.; pero la mayor extensión, la más meridional, es una llanura árida pedregosa.
“La Colonia Americana, dueña de una gran extensión del territorio de la Isla, contribuye poderosamente a su fomento y desarrollo. Muchas fincas rústicas han sido fomentadas por los colonos americanos, y algunos importantes caseríos, siendo de especial mención entre estos últimos, los de Mc Kinley, Corral, Santa Fe, Columbia, Júcaro y Cunagua.
“Los caminos públicos del Término Municipal de Isla de Pinos son construidos por el Estado. Existen las carreteras, de Nueva Gerona a Mc Kinley, pasando por Corral, con un recorrido de 12 kilómetros; de Nueva Gerona a Santa Fe, 18 kilómetros; de Júcaro a Santa Fe, 8 kilómetros; de Columbia a la carretera de Nueva Gerona a Santa Fe, 11 kilómetros; de Santa Fe a La Ceiba, 6 kilómetros. De Júcaro a Columbia, de Santa Fe a Cubagua, y de Nueva Gerona al Presidio Modelo, son distancias cortas.
“La Isla de Pinos es una bella y rica porción territorial de la República de Cuba. Posee paisajes encantadores y amenos y primorosos valles enclavados entre las faldas de los macizos montañosos que forman el sistema orográfico del territorio; magníficas estaciones de aguas medicinales, y un clima saludable que la convierte en un interesante y agradable lugar de distracción y de descanso.”
Isla de Pinos en el Directorio Telefónico de las Provincias: Edición 1958 y Memoria del Plan de Obras del Gobierno del Dr. Ramón Grau San Martín - 1947
En inglés: Municipio of Isla de Pinos: Links and more, Bibliography, El Abra, Nueva Gerona, Santa Fe, Bibijagua.



De la Historia de Isla de Pinos
• A mediados del mes de marzo de 1668 Henry Morgan, fijando como punto de reunión Isla de Pinos, concentró en aguas cubanas una flota compuesta de doce velas y unos setecientos naturales de Inglaterra y Francia para atacar La Habana, atacando en vez a Camagüey el 29 de marzo por Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy”; en el Calendario Cubano.
1º de Agosto de 1828 - Colonización de Isla de Pinos por Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy”; en el Calendario Cubano.
• El Presidente Gerardo Machado coloca la primera piedra del Presidio Modelo de Isla de Pinos en la revista Bohemia del 13 de octubre de 1957.
Bojeando la Isla de Pinos en la revista Carteles del 31 de agosto de 1947.
30 de Agosto de 2008 - El huracán Gustav causó mayores daños en algunas poblaciones de Isla de Pinos, incluyendo Nueva Gerona y Santa Fé; en el Calendario Cubano.




Thursday, February 4, 2010

VERSOS SENCILLOS POR JOSE MARTI

Versos Sencillos por José Martí

Cultivo una rosa blanca,
En julio como en enero,
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo
Cardo ni oruga cultivo:
Cultivo la rosa blanca.

Los Versos Sencillos por José Martí
Yo soy un hombre sincero
Yo sé de Egipto y Nigricia,
Odio la máscara y vicio
Yo visitaré anhelante
Si ves un monte de espumas,
Si quieren que de este mundo
Para Aragón, en España,
Yo tengo un amigo muerto
Quiero, a la sombra de un ala,
El alma trémula y sola
Yo tengo un paje muy fiel
En el bote iba remando
Por donde abunda la malva
Yo no puedo olvidar nunca
Vino el médico amarillo
En el alféizar calado
Es rubia: el cabello suelto
El alfiler de Eva loca
Por tus ojos encendidos
Mi amor del aire se azora;
Ayer la vi en el salón
Estoy en el baile extraño
Yo quiero salir del mundo
Sé de un pintor atrevido
Yo pienso, cuando me alegro
Yo que vivo, aunque me he muerto,
El enemigo brutal
Por la tumba del cortijo
La imagen del rey, por ley,
El rayo surca, sangriento,
Para modelo de un dios
En el negro callejón
De mi desdicha espantosa
¡Penas! ¿Quién osa decir
¿Qué importa que tu puñal
Ya sé: de carne se puede
Aquí está el pecho, mujer,
¿Del tirano? Del tirano
Cultivo una rosa blanca,
Pinta mi amigo el pintor
Cuando me vino el honor
En el extraño bazar
Mucho, señora, daría
Tiene el leopardo un abrigo
Sueño con claustros de mármol
Vierte, corazón, tu pena








SOPA DE ARROZ CON POLLO


Sopa de Arroz con Pollo
Delicias de la Mesa
“Manual de Cocina y Repostería”
por la Srta. María Antonieta Reyes Gavilán y Moenck

Esta es la receta de “Sopa de Arroz con Pollo” tal y como aparece en el libro “Delicias de la Mesa - Manual de Cocina y Repostería” por la Srta. María Antonieta Reyes Gavilán y Moenck editado en 1925 en La Habana, Cuba. Tratamos de mantener el formato original. Presentamos el texto lo más fiel posible a como aparece en el libro, efectuando menores actualizaciones en la acentuación y ortografía.
Sopa de Arroz con Pollo
“Sopa de Arroz con Pollo“-Con el pollo dividido en pedazos chicos se hace un buen caldo, después que haya hervido bastante y esté espumado se hace un buen sofrito con bastantes cebollas, cuatro o cinco ajíes grandes, cinco tomates, un diente de ajo machacado y perejil picado; se echan dos cucharones del caldo en este mojo dejando hervir un buen rato, se cuela y se une al resto del caldo, se pone suficiente sal y pimienta y se le da un bonito color con azafrán tostado. Se echa un cuarto de libra de arroz, pues esta sopa debe quedar espesa y se dejará al fuego hasta que el arroz esté bien blando.”
“(Debe entenderse un cuarto de libra de arroz por cada pollo que se emplee en la sopa).”
Nota: Recuerde que este libro fue editado en 1925, la información, selección de platos e ingredientes son los correspondientes a esa época y tal vez no sean apropiados en su alimentación.Si alguien desea compartir su opinión con respecto a esta receta de cocina, con mucho gusto nosotros podemos incluir esos comentarios aquí y tal vez incluir su receta en otro lugar en Guije.

Esta receta y otras en Sopas en la Cocina Cubana

POTAJE DE LA REINA O SOPA REAL


Potaje de la Reina
o Sopa Real
Cocina al minuto
por Nitza Villapol y Martha Martínez

Esta es la receta de “Potaje de la Reina o Sopa Real” tal y como aparece en el libro “Cocina al minuto” por Nitza Villapol y Martha Martínez editado en 1956 en La Habana, Cuba. Tratamos de mantener el formato original. Presentamos el texto lo más fiel posible a como aparece en el libro, efectuando menores actualizaciones en la acentuación y ortografía. Hemos suprimido las referencias a las firmas (de los ingredientes y anuncios) que sabemos aun se encuentran en el mercado (internacional). Si se nos ha escapado alguna y tal firma desea que retiremos su referencia de esta mención, con mucho gusto lo haremos si nos lo informan.
Potaje de la Reina o Sopa Real
Ingredientes:
1 pollo de 3 lbs. de La Dichosa
1 zanahoria
1 cebolla
1 papa
1 ají
6 tazas de agua
3 dientes de ajo
1 cda. de sal
1 taza de tomate al natural
1/4 cdta. de pimienta
1 macito de perejil
“Ponga todos estos ingredientes al fuego hasta que el caldo quede reducido a unas tres tazas y media. Cuele el caldo, muela la masa de pollo y prosiga:
1 taza migas de pan de leche
1 1/2 taza de leche Cía. Lechera de Cuba
1/2 taza crema de leche
3 yemas de huevos duros
3 cdas. de mantequilla Nela
2 cdas. harina
“Remoje las migas de pan en la crema, añádale la masa de pollo molida, las yemas de huevos duros, la leche y la harina. "Osterícelo" todo. Añádale la mantequilla derretida y el caldo colado. Déjelo al fuego moviéndolo hasta que espese. Añádale más cantidad de sal a gusto.“Da 10 raciones.”
Nota: Recuerde que este libro fue editado en 1956, la información, selección de platos e ingredientes son los correspondientes a esa época y tal vez no sean apropiados en su alimentación.Si alguien desea compartir su opinión con respecto a esta receta de cocina, con mucho gusto nosotros podemos incluir esos comentarios aquí y tal vez incluir su receta en otro lugar en Guije.
Esta receta y otras en las Sopas en la Cocina Cubana

Wednesday, February 3, 2010

JUAN GUALBERTO GOMEZ Y FERRER

Juan Gualberto Gómez y Ferrer

En el ingenio "Vellocino", término municipal de Sabanilla del Encomendador, Provincia de Matanzas, vive el matrimonio Fermín Gómez y Serafina Ferrer. Ambos son esclavos pertenecientes a la dotación de aquella fábrica de azúcar, propiedad de doña Catalina Gómez. Cuando la esposa espera la hora de dar a luz un hijo el padre toma una decisión, la de comprar, de acuerdo con las leyes vigentes, la libertad de aquel vientre para que el hijo no nazca esclavo. Por veinticinco pesos pagados al amo, se adquiere ese derecho. Así, el 12 de julio de 1854, nace Juan Gualberto Gómez y Ferrer.
En el batey del ingenio donde los padres trabajan, comenzará a crecer el niño. Mientras los padres sirven el hijo estudia. Aprende con facilidad. Pronto sabe leer y escribir. En aquel medio esclavista saber leer y escribir es todo una conquista.
Cuatro años tiene cuando a sus oídos llegan las primeras noticias de la Guerra de Secesión. Los esclavos cubanos clavan sus ojos en los Estados del Norte que tienen por líder a Abrahan Lincoln. En los barracones de los ingenios circula en secreto una canción, uno de cuyos versos dice:
"Avanza, Lincoln, avanza".
En la casa Juan Gualberto Gómez lee los periódicos de La Habana con las últimas noticias. Los esclavos tienen puestas sus esperanzas en el triunfo de Lincoln.
Como el niño resulta inteligente los padres deciden sacrificarse, enviándolo al colegio Nuestra Señora de los Desamparados, en La Habana, que dirige Antonio Medina y Céspedes, un maestro negro que se ha inspirado en la obra de don José de la Luz y Caballero. Cuatro años lleva en aquel colegio, cuando en Oriente se sublevan los cubanos contra el dominio español. La noticia de aquel acontecimiento convierte a la capital de la isla en un hervidero de pasiones. La noche del 22 de enero de 1869 los voluntarios asaltan el Teatro Villanueva. Entre los espectadores se encuentra Juan Gualberto Gómez. Enterarse los padres y tomar una decisión son hechos que se suceden. Enviarán a París al hijo para que estudie el oficio de carruajero. En mayo de ese mismo año, en el vapor "La France", se embarca el jovencito recomendado en la capital francesa a Mr. Binder, un verdadero artesano en carruajería.
El maestro francés enseña al hijo de los esclavos del "Vellocino" todos los secretos del oficio. Pero el joven aquel es demasiado inteligente para destinarle a un oficio. En las horas libres asiste a cursos donde aprende matemática, historia, lengua francesa. En 1870, acompañando a doña Catalina Gómez van a París los padres de Juan Gualberto. Mr. Binder les explica que es una gran lástima no hacer un esfuerzo y proporcionarle una carrera. Los padres comprenden y deciden entonces enviarlo a la Escuela Mungo, para que estudie ingeniería. La guerra franco-prusiana le sorprende en el empeño. Vive intensamente la tragedia del sitio de París por las huestes teutonas que manda Bismarck, la sublevación de la Comuna y las luchas entre la III República que pugna por estabilizarse sobre las ruinas del imperio de Napoleón III.
Hasta ese momento nada de la inquietud cubana de la época ha logrado hacerse fuerte en su espíritu. En julio de 1872 llega a París el Vicepresidente de la República en armas, Francisco Vicente Aguilera. Como necesita un amanuense que conozca correctamente francés, los cubanos le recomiendan a Juan Gualberto Gómez. Y es así como el patricio bayamés y el hijo de los esclavos del "Vellocino" se conocen y ayudan en la empresa de ser útil a la patria. Andando los años Juan Gualberto Gómez evocará a la figura de Aguilera y le llamará "mi maestro en el amor a la independencia".
En 1874 la situación de los padres es crítica. No pueden seguirle sosteniendo los estudios y así se lo hacen saber, indicándole la conveniencia de regresar a Cuba, pero Juan Gualberto Gómez toma otra decisión: la de quedarse en París, para lo cual tendrá que buscar trabajo. Es entonces cuando decide hacerse periodista. En la "Revue et Gazette des Theatres" le dan la oportunidad que necesita. Así se inicia una brillante carrera periodística, a través de la cual servirá como pocos los grandes intereses de su patria cubana.
Tres años después, en 1877, regresa a Cuba. Es un separatista convencido. En París conoció a Claudio Brindis de Salas. En La Habana será su representante organizándole conciertos que dejan algún dinero al insigne violinista y a su empresario. En La Habana librará violenta controversia defendiendo a Brindis, a quien, por ser negro, críticos indocumentados de la reacción española le quieren negar todo mérito. Con Brindis se traslada a México. Allí conocerá a Nicolás Azcárate, quien sigue creyendo en las reformas como una solución. A pesar de las diferencias ideológicas, Azcárate y Juan Gualberto Gómez logran hacer una excelente amistad. Allí están juntos cuando les llega la noticia del Pacto del Zanjón. Para Juan Gualberto Gómez es una derrota cubana y como tal la siente en lo más vivo. Azcárate, por el contrario, ve en lo pactado la posibilidad de dar a Cuba un régimen de libertades, al través del cual puedan plantearse, en mejor forma, las ansiadas reformas que España siempre ofrece, pero que jamás llega a materializar. Es Azcárate quien convence a Juan Gualberto Gómez de que su puesto está en Cuba, donde puede hacer mucho en la defensa de su causa y también en la de su raza.
Al año siguiente ya está instalado en La Habana. Trabaja con Adolfo Márquez Sterling, en "La Discusión". Por mediación de Azcárate conoce a José Martí. Juntos conspiran preparando la jornada de la Guerra Chiquita. El 19 de agosto de 1879 sale a la calle el primer número del semanario "La Fraternidad" que dirige Juan Gualberto Gómez. Veinticinco días después se reinicia la lucha de los mambises en Oriente. Tres semanas más tarde José Martí es arrestado en La Habana, precisamente cuando acababa de almorzar con Juan Gualberto Gómez. Las autoridades españolas deportan a Martí e inician la persecución contra Gómez. Poco después éste también es arrestado y remitido a España. El 5 de mayo de 1880 sale para Cádiz. Al llegar le trasladan al castillo del Hacho, en Ceuta. Desde La Habana, Azcárate se interesa con Labra por la suerte del prisionero y el influyente autonomista consigue primero que le liberen de la prisión dándole la ciudad de Ceuta por cárcel. Mas por el momento el desterrado prefiere quedarse en Ceuta donde reanuda su actividad periodística escribiendo para "La Discusión" de La Habana. En marzo de 1881 la tenacidad de Labra logra que le concedan al desterrado el derecho de residir en Madrid, pero Juan Gualberto Gómez demorará más de un año en realizar el viaje, entre otras razones porque le atraen mucho los amorosos brazos de Manuela Benítez, una andaluza que ha endulzado sus dolores, dándole además su primer hijo.
En 1882 ya está en Madrid. Su actividad ahora es incansable. Labra le lleva como redactor a "El Abolicionista", donde pronto llega a ser Jefe de Redacción. Después funda otro periódico titulado "La Tribuna". Más tarde asume la dicción del periódico republicano "El Progreso". Es secretario de la Sociedad Abolicionista de Madrid, que tiene por presidente a Labra. Trabaja como cronista parlamentario. Da clases de idiomas y matemáticas. En 1884 es redactor en "El Liberas". Es esta la época en que sostiene la polémica con José del Perojo, donde defiende a los autonomistas, sin hacerse responsable de esa tesis política. Lo que él defiende es todo lo que se puede lograr a través de la obra de los autonomistas. El 25 de agosto de 1885 comienza a enviar sus colaboraciones a "La Lucha" de Antonio San Miguel. Al año siguiente comienzan a llegar a Madrid los diputados electos por el autonomismo cubano. Miguel Figueroa es de los que mejor amistad hace con el periodista. Cuando Figueroa habla por primera vez en las Cortes, Juan Gualberto Gómez envía a "La Lucha" de La Habana una bellísima crónica recogiendo la impresión magnífica que el brillante orador cubano produjera. Pero al año siguiente el mantenimiento, por su parte, de su opinión separatista, coloca en crisis sus relaciones personales con los autonomistas, que aprovechan la ocasión para lanzarle alguno que otro ataque velado en las columnas de "El País" de La Habana. Llegan a amenazarle con hacerle perder la corresponsalía de "La Lucha", pero él no cede ante ninguna amenaza. Al fin deja "La Lucha" y acepta la corresponsalía de "El Radical" de La Habana, mientras edita "El Pueblo", otro periódico republicano en Madrid. Las dificultades le aumentan. Su mujer enferma gravemente. Desde Cuba los padres le reclaman. En 1890, después de diez años de ausencia, regresa a La Habana. El Tribunal Supremo de España ha declarado lícita la propaganda carlista y republicana. Juan Gualberto Gómez considera, que por analogía, la propaganda separatista es también lícita. En La Habana se encuentra con Martín Morúa Delgado que hace periodismo. En vez de unirse ambos hombres, ya que tienen, por denominador común, el mismo empeño, en todos los órdenes, se distancian llegando a atacarse y polemizar públicamente. Jamás se reconciliaron.
El 30 de agosto de 1890 reaparece "La Fraternidad". En el artículo titulado "Nuestro Propósito" ya anuncia cuál será su programa. El 4 de octubre es nuevamente arrestado y puesto a disposición del Juzgado de Instrucción que le procesa por calumnia a la autoridad. El motivo ha sido un artículo publicado en "La Fraternidad" titulado "A la cárcel". El 25 de octubre la jefatura de policía lo pone nuevamente a disposición del Juzgado de Instrucción acusado de proposición a la rebelión y calumnia a la autoridad. Al ser absuelto por la causa seguida como consecuencia del artículo "A la cárcel" es puesto en libertad, pero por breves días, pues el 4 de enero de 1891, es otra vez arrestado bajo idénticos cargos. Esta vez habla publicado en "La Fraternidad" un artículo titulado "La política de la cobardía" que el Fiscal consideró injurioso. El 14 de marzo se dispone su libertad por esta causa, pero continúa preso por otra, no saliendo efectivamente a la calle hasta el 29 de abril. El 13 de marzo de 1891 la Audiencia de La Habana le ha condenado a dos años, once meses y once días de prisión correccional por haber publicado, en las páginas de "La Fraternidad", un artículo titulado "Por qué somos separatistas". Contra esa sentencia apela ante el Tribunal Supremo de España. En La Habana le ha defendido González Lanuza. En Madrid sostendrá el recurso de casación su amigo Labra. El 25 de noviembre el Tribunal Supremo de España revoca la sentencia impuesta y declara lícita la propaganda separatista. "El día que se firmó tal sentencia, escribe en sus Memorias el general Polavieja, abandonamos los medios de sostener nuestra soberanía en la Isla de Cuba".
Pero a pesar de esa sentencia la persecución de las autoridades españolas continúa. El 8 de mayo de 1892 es arrestado y puesto en libertad inmediatamente. Por esa época ingresa en la Sociedad Económica de Amigos del País. Desde los Estados Unidos José Martí saluda aquel acontecimiento. Juan Gualberto Gómez no cede un ápice en la intensidad del trabajo. Del 23 al 27 de julio de 1892 celébrase en La Habana el Congreso de Sociedades Negras. Casi todo lo que allí se discute y acuerda es obra de Juan Gualberto Gómez. En agosto de ese mismo año, cuando trabaja como editorialista en "La Lucha", recibe la visita de Gerardo Castellanos, enviado por José Martí. Así se incorpora al movimiento del Partido Revolucionario Cubano. Martí le designa su Delegado en Cuba. En enero de 1893 edita "La Igualdad". Está de lleno metido en el proceso conspirador. Ajusta los trabajos finales. Mantiene los contactos, envía avisos, notas, informes. Por esa época muere Figueroa. El 16 de octubre la Sociedad "La Tertulia" de Remedios organiza una velada conmemorativa. Hasta allá se va Juan Gualberto Gómez, invitado para pronunciar el discurso principal.
Colabora en "La Revista Cubana" que dirige Enrique José Varona. El 31 de julio el Fiscal le denuncia por una Carta dirigida a Serafín Ramírez. Se le instruye un nuevo proceso, pero el 13 de junio de 1894 el Fiscal desiste de mantener su acción penal. El 7 de agosto de 1893 es denunciado nuevamente por una "Crónica Política" publicada en "La Revista Cubana". El 2 de noviembre de ese mismo año la Sección Segunda de la Real Sala de lo Criminal de la Audiencia de La Habana le absuelve, ordenando el sobreseimiento de la causa.
El año de 1894 es de intensa actividad. La conspiración que desde los Estados Unidos dirige Martí reclama de Juan Gualberto Gómez mucho sigilo. A fines de ese año todo está listo aguardando por la orden de Martí. Pero en Fernandina naufragan muy nobles intenciones. Martí decide, antes de dar la orden del levantamiento, a pesar del fracaso de Fernandina, consultar a Juan Gualberto Gómez en Cuba. Este a su vez, consulta con los otros jefes provinciales y locales, reportando a Martí que fije la fecha. El 30 de enero José Martí, José María Rodríguez y Enrique Collazo redactan y suscriben la orden del levantamiento que remiten a Juan Gualberto Gómez a La Habana en un tabaco que trae el patriota Duque Estrada. Ya con la orden, Juan Gualberto Gómez convoca a los jefes inmediatos a una reunión en La Habana y a los que están más distantes les envía agentes que les notifiquen la decisión. El Domingo 24 de febrero de 1895 se producirá el alzamiento. Por su parte Juan Gualberto Gómez se ha comprometido con Pedro Betancourt a sublevarse con éste en Ibarra. El 23 sale de La Habana, escapándosele a la policía y dejando de concurrir a una invitación que para conversar en Palacio, le ha hecho el capitán general don Emilio Callejas. El 24 de febrero ya está en Ibarra. Solamente están allí López Coloma, Latapier y otros. Pedro Betancourt, detenido por los españoles, no puede llegar. Los soldados españoles marchan sobre Ibarra. Inmediatamente los sublevados abandonan el lugar dirigiéndose a Guayabal de Santa Elena donde permanecen hasta el 28 en que la Guardia Civil rodea el campamento mambí, lográndose escapar algunos, entre ellos Juan Gualberto Gómez, que se dirige entonces al ingenio "Vellocino", donde naciera en 1854. Su propietario es un buen amigo y puede protegerle. En efecto cuando se encuentran con el hacendado éste le informa de la prisión de Betancourt en Matanzas y su inmediata deportación, de la prisión de Sanguíly, Aguirre y Carrillo, en fin del fracaso. En aquella región ellos son los únicos sublevados. Insiste mucho en convencerlo para que se presente y hace aun más, trae a su presencia al teniente de la Guardia Civil Leoncio del Junco, que le aconseja se acojan al indulto ofrecido por el general Calleja. Imposible resistir. De hecho está perdido. Y entra en Sabanilla del Encomendador, su pueblo natal para rendirse. Una orden del Gobernador de Matanzas hace que le conduzcan a la capital de la provincia, donde es encerrado en el Castillo de San Severino. Allí se encuentra con López Coloma que también ha sido preso en el campo. El 2 de marzo es trasladado a La Habana. Juan Gualberto Gómez irá al castillo de El Morro, López Coloma a La Cabaña. El 15 de agosto de ese mismo año es juzgado y condenado a veinte años de prisión. El 3 de septiembre vuelve a embarcarse como deportado a España. Llega a Ceuta y es encerrado en el Castillo del Hacho, cargado de cadenas, en un calabozo inmundo, rapada la cabeza y sin comunicación. Un centinela se apiada de él y le saca una carta dirigida a Labra. La gestión de éste logra, una vez más, que le humanicen la prisión. Por de pronto le sacan del calabozo, le dejan escribir, le quitan las cadenas y le levantan la incomunicación. Allí permanece todo el año de 1896 hasta 1897 en que es trasladado a Cartagena.
En octubre de ese mismo año la muerte de Cánovas varía la política en Cuba. Al sanguinario de Valeriano Weyler le sustituye Ramón Blanco Erenas. Como primera providencia, para ganarse a los cubanos a los que pretende someter ofreciéndole la autonomía, dicta una amplia amnistía. El 12 de marzo de 1898 abandona la prisión Juan Gualberto Gómez. España está a punto de iniciar la última fase de su lucha por defender las colonias de América, aceptando la declaración de guerra de los Estados Unidos. Haciéndose pasar por un ingeniero dominicano Juan Gualberto Gómez atraviesa España y se dirige a París. El mismo Labra le ha recomendado que no permanezca en la península. En la capital francesa visita a Betances y se embarca para Nueva York donde se pone a disposición de Tomás Estrada Palma que le utiliza, por el momento, en una misión de propaganda cerca de las emigraciones del Sur de los Estados Unidos. En esa tarea está empeñado cuando recibe la noticia de que dos Cuerpos de Ejército le han designado Representante a la Asamblea que deberá reunirse en Santa Cruz del Sur. No espera más el impaciente patriota y se dirige a Cuba. Es de los primeros en llegar al sitio fijado. Inmediatamente se entrega a la tarea de limar asperezas. Primero es lograr que Calixto García no renuncie y concurra a la Asamblea. Después zanjar las diferencias personales entre Calixto García y Bartolomé Masó. En todo ello evidencia mucho tacto diplomático Juan Gualberto Gómez.
El 24 de octubre de 1898 comienza sus labores la Asamblea. Juan Gualberto Gómez es designado miembro de su Comísión Ejecutiva. Los trabajos de la Asamblea tropiezan con dificultades. Hay que batallar mucho. De Santa Cruz se trasladan los asambleístas a El Cano y, finalmente, al Cerro, en la ciudad de La Habana. La Asamblea choca con el general Máximo Gómez. Velando por los fueros de la Asamblea, Juan Gualberto Gómez y Manuel Sanguily no vacilan en atacarle, llegando a proponer su destitución como jefe del Ejército Libertador y su pase al escalafón de la reserva. Y colocados ya en ese plano llevan su carga más al fondo, desautorizando también a Gonzalo de Quesada que había estado actuando como Encargado de Negocios de la Revolución Cubana en Washington. El 30 de junio de 1899 se disuelve la Asamblea, quedando una Comisión Ejecutiva, de la que forma parte Juan Gualberto Gómez, para liquidar la ejecución de sus acuerdos.
Es entonces cuando resulta designado para integrar como Vocal la Junta de Educación de La Habana. El 21 de abril de 1900 organiza el Comité Gestor del Partido Republicano de La Habana, del que forman parte además Domingo Méndez Capote y Manuel Sanguily. En el programa que se redacta, Juan Gualberto Gómez se cuida, muy mucho, de fijar claramente las aspiraciones, que quedan reducidas a tres puntos esenciales: constitución de los Ayuntamientos, Asamblea Constituyente y elecciones generales. El 8 de agosto reanuda su actividad periodística, editando "Patria" como órgano del republicanismo habanero. Desde sus columnas combate un nuevo brote anexionista. El 18 de agosto se constituye la Asamblea Provincial del Partido Republicano. Juan Gualberto Gómez resulta electo Vicepresidente de la misma. Oriente le ofrece una postulación como Delegado a la Asamblea Constituyente, saliendo electo en los comicios celebrados a esos fines el 15 de septiembre. El 5 de noviembre, en el antiguo Teatro Irijoa, hoy Teatro Martí, comienza sus labores la Asamblea. Juan Gualberto Gómez es un líder natural de la misma. En todo se le ve intervenir con sagacidad y espíritu patriótico. Sus ideas avanzadas encuentran, día a día, manera de evidenciarse. Defiende el voto a la mujer, se declara contrario a la pena de muerte, defiende el sufragio universal, aspira a que la República sea de verdad, la que soñaron los hombres que por ella, en una u otra forma, se han sacrificado. El 24 de febrero de 1901 ya está redactando el texto constitucional cuando surge el conflicto planteado por el senador Orville Platt, presentando una enmienda a la Ley de Presupuestos del Ejército de los Estados Unidos, a través de la cual cercena toda la soberanía de la aun no constituida República de Cuba. Juan Gualberto Gómez se declara enemigo de la Enmienda Platt. La combate despiadadamente. Nada le convence. Primero es en la Comisión para dictaminar sobre las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. Cuando la Comisión acuerda acceder a la Enmienda Platt Juan Gualberto Gómez redacta un voto particular. Y en esa actitud le vemos mantenerse en la Asamblea. El 9 de septiembre de 1901 la Asamblea aprueba la Enmienda Platt, incorporándola como un Apéndice al texto constitucional. Pero entre los votos contrarios a tal cosa, está el de Juan Gualberto Gómez.
El proceso comicial se acerca. Juan Gualberto Gómez ha pensado en apoyar la candidatura presidencial de Tomás Estrada Palma, pero con la condición de que éste se comprometa a realizar toda clase de gestiones para obtener la derogación de la Enmienda Platt. Cuando TEP rechaza esa condición, Juan Gualberto Gómez no vacila en ofrecer su apoyo a la candidatura del general Bartolomé Masó. El 31 de diciembre de 1901 se celebran las elecciones generales. A última hora el masoismo se ha retirado y Estrada Palma concurre como candidato único, logrando fácilmente el triunfo. Juan Gualberto Gómez retorna al periodismo. Edita "La República Cubana". Desde sus columnas desarrolla activa campaña contra la Enmienda Platt. Para defender los derechos del negro se organiza el Comité de Veteranos y Sociedades de Color. Nada de racismo hay en ello. Lo que se quiere, a lo que se aspira es a que no haya discriminaciones por razones del color de la piel, a que el negro sea igual que el blanco en cuanto al ejercicio de sus derechos ciudadanos.
En 1902 interviene buscándole un conflicto a la huelga que con extraordinario vigor han mantenido los tabaqueros. El 31 de diciembre de ese mismo año, el Partido Republicano Independiente se fusiona con el Partido Nacional Independiente. En lo sucesivo se llamará Partido Liberal Nacional. En los comicios de 1903 figura como candidato a representante por los liberales de Oriente. Obtiene una abrumadora cantidad de votos, pero en las Juntas le escamotean el triunfo y resulta suplente. En 1905 los liberales nacionales se fusionan con los republicanos villareños que tienen por líder al general José Miguel Gómez. El Partido se llamará Partido Liberal. Frente a la candidatura liberal el Partido Moderado ha presentado la candidatura reeleccionista del Presidente Estrada Palma, acompañado, en esta ocasión, por el general Domingo Méndez Capote como Vicepresidente. La campaña es violenta. Para imponerse mejor TEP apela a la organización del llamado Gabinete de Combate. En Cienfuegos muere Enrique Villuendas. En los comicios Estrada Palma impone su voluntad. Previamente los liberales sin garantías han ido al retraimiento. Máximo Gómez se muere declarando que se percibe el olor a revolución. Y así es en efecto. En mayo de 1906 toma posesión nuevamente Estrada Palma y en agosto los liberales se lanzan al campo de la insurrección. Juan Gualberto Gómez sufre nueva prisión en el Castillo del Príncipe junto con José Miguel Gómez, Jesús Monteagudo y su eterno rival Martín Morúa Delgado. Estrada Palma renuncia y el gobierno de los Estados Unidos se ve forzado a intervenir. El nuevo Gobernador Magoon designa una Comisión Consultiva integrada por doce miembros, a fin de que redacten una serie de leyes que se consideran indispensables para la buena marcha de la República. Juan Gualberto Gómez es designado Secretario de la Comisión Consultiva que redacta una Ley Electoral, una Ley Orgánica Provincial, una Ley Orgánica Municipal, una Ley Orgánica del Poder Judicial, otra del Servicio Civil, etc. En política se reconcilia con el zayismo y contribuye a la reorganización liberal. Cuando Zayas acepta la candidatura presidencial de José Miguel Gómez, el periodista Juan Gualberto Gómez se declara contrario a ello y decide retirarse de la política.
Ya electo José Miguel Gómez decide atraérselo. Le designa Comisionado del Diario de Sesiones y del Archivo de la Comisión Consultiva y Académico Fundador de la Academia de la Historia. Cuando se produce la sublevación dedos elementos del Partido Independiente de Color, Juan Gualberto Gómez, es de los que condenan el movimiento, lanzando un manifiesto que suscribe junto con Nicolás Guillén, Generoso Campos Marquetti y otros. Después de liquidado el movimiento, censura la crueldad empleada para reprimirlo y aconseja la adopción de medidas que impidan en el futuro, la repetición de situación similar.
En los comicios de 1912 retorna a la política para defender otra vez la candidatura zayista. En las elecciones generales pierde el Partido Liberal el poder, pero dos años después los liberales habaneros eligen a Juan Gualberto Gómez Representante a la Cámara por esta provincia. El 5 de octubre de 1915 toma posesión. El 7 de diciembre de aquel mismo año, pronuncia el elogio del general Maceo en la sesión solemne conque este cuerpo colegislador conmemora la efeméride. En 1916 es electo Senador. Cuando se produce la sublevación liberal en febrero de 1917 el gobierno conservador ordena el arresto de Juan Gualberto Gómez, pero inmediatamente se dispone su libertad. Será la última vez que sufra prisión por sus ideas políticas. El 2 de abril toma posesión en el Senado de la República. En 1920 se reproduce la pugna entre zayistas y miguelistas dentro del liberalismo. Alfredo Zayas, seguido por Juan Gualberto Gómez se lanza a la organización de fuerzas propias dando vida al Partido Popular. Juan Gualberto Gómez es factor decisivo cerca de los conservadores para lograr la integración de la Liga Patriótica, al través de la cual, conservadores y populares, postulan al Dr. Zayas candidato presidencial frente al general Gómez que ha obtenido la postulación en la boleta liberal. Pero su sino es siempre luchar. Cuando al fin el Dr. Zayas está instalado en la primera magistratura de la nación, Juan Gualberto Gómez se siente agraviado por algunos actos que considera desaires. Y rompe con el zayismo. En 1924 sus divergencias con el zayismo se ahondan porque el Dr. Zayas decide llevar al Partido Popular a la integración de un frente con los liberales para apoyar la candidatura presidencial del general Gerardo Machado y Juan Gualberto Gómez es de los que creen que el Partido Popular debe mantener su alianza con los conservadores, defendiendo, en esta ocasión, la candidatura presidencial del general Menocal. Los comicios del 1º de noviembre de ese año de 1924 dieron el triunfo a la coalición liberal-popular. Juan Gualberto Gómez, a punto de abandonar el Senado por expirar su mandato, edita nuevamente a "Patria". Desde esas columnas fustiga al gobierno machadista. Cuando se asesina a Armando André protesta y cuando se anuncia la intención de prorrogarse vuelve a protestar y cuando se maniobra para reformar la Constitución de 1901, vuelve a protestar. Cuando el grupo Unión Nacionalista se organiza, uno de sus fundadores es Juan Gualberto Gómez. El general Machado trata de atraerse al viejo rebelde. Le concede la Gran Cruz de Carlos Manuel de Céspedes. Los amigos le organizan un homenaje nacional en el Teatro Nacional. El 10 de mayo de 1929 se lleva a cabo aquel acto. Hablan Pedro Betancourt, Domingo Méndez Capote y Miguel Angel Céspedes. El Presidente Machado pronuncia unas palabras elogiosas y, finalmente, Juan Gualberto Gómez contesta con un discurso en el que subraya enfáticamente que no es hombre que se doblega, ni que abjura, ni da pasos hacia atrás. De este discurso es aquella frase que ha pasado a la historia: "El Juan Gualberto con Cruz es el mismo Juan Gualberto sin Cruz".
Pero está viejo. Los años le vencen. En 1932 ya ha roto con el nacionalismo. La crisis política nacional precipita su crisis personal. Un buen día de 1932 Orestes Ferrara tiene la osadía de invitarle a discutir en público una posible solución de la crisis nacional. La posición de Ferrara es muy desventajosa, porque para ello tendrá que defender lo que no tiene jamás defensa, el gobierno personal, la dictadura, la mandonería de los mal llamados Hombres Fuertes. Juan Gualberto Gómez es, a pesar de sus años, el mismo periodista de las grandes polémicas. Ferrara tuvo muy pronto que replegarse y dar por terminada la polémica, porque de haberla continuado Juan Gualberto Gómez hubiera sacado mucho y muy buen partido para su causa.
Son los tiempos finales. Vive en una modesta casita de madera. Está muy enfermo. Maltrecho el cuerpo sufre en medio de la escasez económica. El 5 de marzo de 1933, cuando ya la dictadura machadista se tambaleaba, cerró sus ojos para siempre Juan Gualberto Gómez y Ferrer, un cubano cabal, cuyo recuerdo vivirá eternamente entre los cubanos de todas las épocas, como un símbolo magnífico de patriotismo y lealtad a las ideas.

GRITO DE BAIRE

Grito de Baire
24 de febrero de 1895

El 29 de enero es firmada la Orden del Levantamiento por José Martí como Delegado del Partido Revolucionario Cubano; Mayía Rodríguez, en representación del Generalísimo Máximo Gómez, y Enrique Collazo, Comisionado de la Junta Revolucionaria de La Habana. Pero, ¿cómo se enviaría la orden a Cuba para que no la descubrieran los españoles ni aquellos norteamericanos enemigos de Cuba? La feliz iniciativa de que viniera desde Cayo Hueso envuelta en un tabaco, dirigida al representante legal y único de la Junta Revolucionaria, Juan Gualberto Gómez, resultaba certera. Entregada por Martí a Gonzalo de Quesada en Nueva York, este viene con ella al Cayo y la hace llegar a Miguel Angel Duque de Estrada, que rebasa satisfactoriamente el viaje con la trascendental misión, saliendo en el barco "Mascotte" en la noche luminosa del 21 de febrero. En pocas horas, al amanecer del 23, está en La Habana. Pronto el valioso tabaco llega a poder de Juan Gualberto. Este sabe, está consciente, que la atención de Cuba irredenta se concentra en el diminuto papel impregnado de la aromosa hoja y de las ansias libertadoras de un pueblo que no quería continuar soportando la pesada carga y el doloroso vía crucis absolutista con su vejaminosa intransigencia; ni arriesgarse a un autonomismo sumido a la España colonial, y a las falsas reformas políticas anunciadas. Juan Gualberto no demora su rol en la conspiración. Corre a la residencia de López Coloma, en el número 74 y medio de la calle Trocadero. Los miembros de la Junta Revolucionaria, convocados con el apremio que la situación requería, toman el acuerdo de que sea el 24 la del inicio de la gesta heroica, fecha en que, por celebrarse los festejos del Carnaval, despistaría a las autoridades españolas.
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MAINE EN LA BAHIA DE LA HABANA

Maine en la Bahía de La Habana
15 de febrero de 1898
En el mes de febrero de 1898 se encontraba surto en el puerto de La Habana el crucero acorazado norteamericano Maine que había arribado a dicho puerto en visita de amistad, casi podría decirse que como un exponente de la satisfacción que había producido tanto en Washington como en Madrid la carta que con fecha 1° de febrero el Ministro de Estado Español don Pío Gullón había escrito, en contestación a otra que procedía del plenipotenciario norteamericano Woodford.
Cuando parecía que las relaciones entre ambas naciones iban a entrar definitivamente en un plan de perfecta inteligencia, en la noche del día 15 de febrero de 1898, voló de manera extraña e inesperada el crucero acorazado Maine teniendo a bordo, en el momento de la explosión, a 266 miembros de su tripulación que perdieron la vida. Ante hecho tan insólito los ánimos se pusieron en una tensión desmedida tomando, como es natural las cosas una gravedad extrema, al grado de que el Ministro de Estado de España comunicó a todos los representantes de su gobierno en el extranjero que el Gobierno de Washington iba a presentar ante el Congreso de la Unión el dictamen de la Comisión nombrada para estudiar el caso de la catástrofe del Maine y el Gobierno de Madrid solicitaba el consejo de las grandes potencias y un arbitraje para dirimir las diferencias surgidas de pronto, y se hizo todo lo posible para evitar la guerra que se veía venir, como consecuencia del desgraciado hecho.
“Nada impidió que el Presidente McKinley, con fecha 11 de abril, presentara su Mensaje Especial ante el Congreso Americano y como consecuencia de ello el día 20 del mismo mes fue sancionada la Resolución Conjunta concebida en estos términos: "El Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos reunidos en Congreso resuelven: 1º, que el Pueblo de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente; 2º, que es deber de los Estados Unidos demandar, y el Gobierno de los estados, por la presente demanda, que el Gobierno de España renuncie inmediatamente a su autoridad y gobierno en la Isla de Cuba y retire sus fuerzas de tierra y mar de Cuba y de las aguas cubanas; 3º, que se conceda facultad y autorización, como por la presente se concede, al Presidente de los Estados Unidos para que emplee todas las fuerzas terrestres y marítimas y llame al servicio de los Estados Unidos a las milicias de los diversos estados, hasta donde sea necesario, para llevar a efecto estas resoluciones; 4°, que los Estados Unidos por la presente renuncian a toda intención o propósito de ejercer soberanía, jurisdicción o dominio sobre dicha Isla, excepto para su pacificación y declaran que están determinados, cuando ésta se realice a dejar el gobierno y dominio de la Isla en manos del mismo pueblo cubano".
“La secuela de esta Resolución Conjunta fue este pronunciamiento oficial del Congreso de la Unión: "Existe guerra entre los Estados Unidos de América y el reino de España desde el día 21 de abril del año del Señor 1898".