Thursday, April 15, 2010

Cuba y el Homo cubensis

Cuba y el Homo cubensis, Cuba, en “Así es Cuba” editada en 1950 presentada en Cosas de mi Tierra en Guije.com:

“Cuba es esto: Tierra sin fronteras, ya que por doquier impera la inmensidad infinita del mar...; rico y dulce azúcar como productor distintivo y "caña de ámbar" ("Hedychium coronarium") que le brinda su linda y perfumada flor y que ella, al convertirla en un símbolo nacional, tal parece que pretende condensar en la misma los destellos y fulgores de su gema más preciada: la mujer... Es arrogancia de palma que en su Escudo de Armas se destaca, como genuina representación de lo que informa a nuestra raza: libertad muy soberana y también en él se ve el sol esplendoroso como indicando que la del cubano es "mente ágil en acción". Además en su bandera roja, azul y blanca impera solitaria y altanera una estrella refulgente... y, como condensación de todo ello, ante el mundo se presenta el cubano alegre, hospitalario y noble que roba cuando el de fuera lo trata y que cuando entre extraños vive, sabe siempre conquistar, a pesar de los pesares, afectos y simpatía.


“¡Esto es Cuba!...


“Esta síntesis de nuestro hoy tiene un ayer interesante que por ser poco conocido quiero que sea motivo de estas cuartillas que sobre la Perla de las Antillas voy a escribir.


“En el pasado remoto de los siglos, nuestra Isla era parte del Continente Americano, como está plenamente probado por la ciencia. Los Cronistas de la Conquista, de ello se hacen eco, así como también fue producto de observaciones por parte de Clavijero y del Padre Bartolomé de las Casas quien, por no citar más, decía: "...tenemos sospechas que la Isla de Cuba se apartó de esta Española, cuya Punta, que se llama de San Nicolás, está frontero de la Punta de Maisí en Cuba, habiendo sólo en medio dieciocho leguas; lo mismo se presume del postrero cabo occidental de Cuba que se llama de San Antonio y del Cabo Catechel de la tierra de Yucatán".


“La realidad científica de esta unión antigua de Cuba al Continente, me conduce como de la mano, a tratar del "hombre paleolítico cubano" denominado "homo cubensis".


“Hace años que en la gruta de Purial, de Sancti Spíritus, el doctor Montané encontró un alto exponente de su existencia al dar con parte de una mandíbula que paleontológicamente tiene la importancia de convertirse en la prueba irrefutable de la existencia de nuestro primitivo compatriota, que necesariamente tuvo que vivir en nuestra tierra para poder dejar en ella las huellas de su existencia.


“Del "homo cubensis" nos dice el ingeniero Cosculluela, que: fue testigo de todas las revoluciones y transformaciones por que pasó nuestra tierra a fines del período terciario y durante casi todo el cuaternario, acompañado de una fauna ya desaparecida, donde abundaban los grandes mamíferos, desde el hipopótamo hasta la actual jutía y que, por las selvas vagó arrastrando una existencia miserable, refugiándose en sus bosques para ponerse a salvo de los ataques de los enormes y fieros cuadrúpedos, hasta que aprendió a dominarlos y a vencerlos.


“Posteriormente este hombre paleolítico de Cuba desapareció quedándose tan sólo de su existencia, entre nosotros, los testimonios de unos pocos restos que la ciencia ha extraído de las entrañas de la tierra, y las leyendas y tradiciones que nos han legado los frailes que recorrieron las Antillas todas, en son de evangelización y que al acercarse hasta los indios y con ellos confraternizar, escucharon de sus labios el eco de la voz de las generaciones, que van transmitiéndose de padres a hijos lo que sus antepasados hicieran, vieran o escucharan...”


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